Los aceites esenciales son un regalo único de la naturaleza a las personas.
Los aceites esenciales son sustancias aromáticas naturales que se encuentran en las semillas, la corteza, los tallos, las raíces, las flores y otras partes de las plantas. Los aceites esenciales se extraen de las plantas mediante destilación, prensado o extracción. Se trata de un líquido aromático, concentrado y volátil que se extrae de una gran variedad de flores, hierbas, arbustos y árboles. Por eso los aceites esenciales difieren entre sí en aroma, color, método de extracción y calidad. En esta última influyen la variedad de la planta, la especie, las condiciones de cultivo, la edad, el tiempo de extracción del material natural, etc.
Los aceites esenciales tienen la propiedad de evaporarse rápidamente: a temperatura ambiente, se dispersan al instante, llenando el aire con su aroma. Son solubles en alcohol, éter, aceites grasos o ceras. Son insolubles en el agua.
Uso y finalidad de los aceites esenciales
Los aceites esenciales son perfectos para la aromaterapia, los procedimientos de SPA, el mantenimiento y el restablecimiento del equilibrio entre el cuerpo y la mente. También se utilizan en cosmética y en procedimientos médicos. Los aceites esenciales pueden utilizarse por separado o mezclados con varias partes diferentes.
Los aceites esenciales se utilizan en la elaboración de una amplia gama de productos domésticos:
- perfume, eau de toilette, deodorants;
- ambientadores;
- cosméticos;
- productos de higiene;
- limpiadores;
- velas perfumadas;
- productos alimenticios;
- productos farmacéuticos;
- alimentos para animales;
- productos agrícolas;
- y otros.
Efecto de los aceites esenciales en el cuerpo humano
Los aceites esenciales se utilizan externamente, mezclándolos con aceites base, añadiéndolos en un baño o por evaporación en recipientes especiales. No son una forma de medicina y no curan enfermedades. Pueden utilizarse como ayuda para aliviar ciertos síntomas.
Limpieza y desinfección: naranja, pelargonio, lavanda, hierba limón, romero, nardo, salvia, etc.
Excitante: bergamota, limón amargo, geranio, jazmín, ylang-ylang, cardamomo, mandarina, rosa, sándalo y más.
Tonificante: albahaca, laurel, clavo, jengibre, canela, limón, menta, melisa, nuez moscada, abeto, romero, hierba limón y más.
Relajantes y calmantes: valeriana, orégano, jazmín, lavanda, incienso, mirra, enebro, manzanilla, etc.
Armonizantes: naranja, geranio, orégano, jazmín, mandarina, mimosa, mejorana, rosa, sándalo, etc.
Fortalecedor: albahaca, verbena, vetiver, acebo, cedro, árbol del té, limón, lavanda, menta, melisa, romero, etc.
Refrescante: naranja, madroño, limón, lavanda, menta, abeto, etc.
Estimulante: fresa, verbena, clavo, cilantro, limón, lavanda, nuez moscada, enebro, menta, romero, pimienta negra, eucalipto, etc.
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